El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Tejera, Poesía e Inquietudes Revolucionarias

Published by Ariesky Castillo under on 11:21




Amigos lectores, el próximo 20 de noviembre se cumplirán 161 años del nacimiento del poeta y periodista cubano Diego Vicente Tejera, quien forma parte de la pléyade de intelectuales cubanos cuya obra literaria no puede separarse de su vida y acción política y revolucionaria. Creció en una etapa signada por guerras y revoluciones en distintas partes del mundo; insurrecciones de diverso tipo; avance del capitalismo y abolición de la esclavitud; empeños anticolonialistas e independentistas en América entre otros rasgos. Su primera inquietud revolucionaria se presentó a consecuencia de una movilización de tropas españolas que, con destino a Santo Domingo, salieron de Santiago de Cuba en 1864. Contaba entonces Tejera con 16 años, y era estudiante del Instituto de Segunda Enseñanza en esa ciudad. De esa circunstancia, él y un amigo concibieron la idea de enrolarse en una de las columnas españolas para llegar a ese país y pasarse a las tropas independentistas en la primera oportunidad. De la negativa de un coronel español a aceptarlos nacieron sus primeros versos contra el dominio colonial de España. En 1865, el padre abogado, fue nombrado para un cargo judicial en Puerto Rico. Junto a él viajó Diego Vicente, desde donde partió días después a Nueva York. Deseoso de conocer el mundo, no tardó en viajar a Europa donde visitó un buen número de países, incluido España. A ese país se dirigió para participar en una revolución contra Isabel II. El levantamiento madrileño fue sofocado, pero logró hacerse de una visión real y directa de la metrópoli colonial y sus contradicciones internas. De regreso a Puerto Rico, se vinculó al movimiento revolucionario de Lares y cultivó una importante amistad con Ramón Emeterio Betances. Intereses e inquietudes lo condujeron nuevamente a Europa, donde profundizó los conocimientos de agronomía e hizo estudios de medicina y filosofía. Simultáneamente escribió sus versos y redactaba prosas de diversa índole para distintas publicaciones. Desde 1875 el poeta criollo inició sus contactos con la emigración cubana anticolonialista en Nueva York. De ese año es su cuadro dramático en versos “La muerte de Plácido”, de contenido independentista y abolicionista, y el comienzo de su labor como propagandista de los ideales más radicales de los revolucionarios cubanos. Para ello fungió como director del periódico La Verdad, órgano de la emigración cubana en Nueva York, fundado en ese año. En 1879 regresa a La Habana, donde intensificó la actividad intelectual, frecuentó los círculos literarios de la época y llegó a convertirse en vocal de la Sección de Literatura del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, dirigida entonces por José Martí. A partir de ese momento, su relación con el Apóstol fue permanente. Fundó y dirigió publicaciones en las cuales siempre tuvo a aquel como colaborador. Su accionar lo llevó nuevamente a Europa y Norteamérica, donde continuó la ardorosa actividad periodística y literaria, sin abandonar sus compromisos con Cuba y con los ideales de igualdad social por los que luchaba. En octubre de 1898 volvió a la patria intervenida por los Estados Unidos y fundó el semanario La Victoria. Desde este inicio su prédica para desenmascarar el verdadero significado del accionar norteamericano en la Isla y la necesidad de la unión para construir una nueva vida, condicionada por el espíritu cubano. La ideología socialista de Tejera, lo llevó a fundar en 1899 el Partido Socialista Cubano y en 1900 el Partido Popular. Como representante de este último asistió a la Convención Constituyente de 1901. Ambas agrupaciones fueron de efímera duración. Diego Vicente Tejera Calzado falleció joven, el seis de noviembre de 1903.






En la hamaca

A Juan B. Toro

¡Qué descansada vida
La del que huye el mundanal rüido.
L. de León.


En la hamaca la existencia
Dulcemente resbalando
Se desliza.
Culpable o no mi indolencia,
Mi acento su influjo blando
Solemniza.
Goce el Sultán en reposo
Los infinitos placeres
Del harén,
Y en éxtasis voluptuoso,
Fínjase entre sus mujeres
Un Edén.
No su fabulosa tierra
Envidio, ni su radiante
Cielo azul,
Ni los primores que encierra
El serrallo deslumbrante
De Estambul.
Y su poder no ambiciono,
Ni lo temo cuando estalla
Su furor,
Y humilla desde su trono
Al pueblo que tiembla y calla
De pavor.
Que es tan vívido el sol mío,
Tan espléndido mi suelo
Tropical,
Y en mi rústico bohío
Bríndame próvido el Cielo
Dicha tal,
Que si el Turco sorprendiera
Los encantos de la oscura
Vida mía,
Su imperio al punto me diera
Por gustar de mi ventura
Sólo un día
(...)

Los Sobrevivientes

Published by Ariesky Castillo under on 13:15



LOS SOBREVIVIENTES



Todo está cada vez más deshabitado
y madura la hierba y el desnudo silencio,
las palabras mudas
y el temor reflejado en todos los rostros a la vez.
Uno debe mostrar la otra cara, merecerse la tierra que pisa.
Tenemos suficiente suelo para todos pero somos incapaces de repartirlo.
La gente olvida,
ya no hay recuerdos,
es mejor, porque los recuerdos nos hacen débiles,
y aunque no sepamos de orgasmos,
llevando mutilada la voz,
sabemos que sólo los más fuertes sobreviven.
La sensibilidad está condenada a un camino breve.
Todo está cada vez más deshabitado,
creo que ganaremos,
aunque ya nadie sabe qué ganamos,
nadie es capaz de rescatar la fe
que escapó junto a las cenizas
para convertirnos en sobrevivientes.
Hoy maté a un poeta, traía la foto de sus hijos
y lo maté, traía versos maravillosos y lo maté,
traía cartas de amor y lo maté,
podría ser mi padre y lo maté con mis manos.
A mi lado nadie escribe versos,
nadie sueña con educar a sus hijos.
Estamos ocupados con sobrevivir.
Siento que acabo de matar a mi pasado, o lo que pude ser,
o el recuerdo de mamá curándome el asma,
prometiéndome canciones y juguetes,
pero mi salud sólo trajo la canción de los cañones
y un terreno helado con el fango a la rodillas
que hay que merecerse guillotinando el amor todos los días,
mientras la muerte salta por las bocas del pueblo o sus fantasmas,
porque las almas se han ido.
Todo está cada vez más deshabitado,
los ángeles lo saben y mutilan sus alas,
porque saben que los ángeles tampoco sobreviven
y sólo es inmortal la soledad,
el vacío que habita en los sobrevivientes.

"Carta de un Demente" en la voz del autor

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El Rojo

Published by Ariesky Castillo under on 15:51






Amigos lectores, el próximo 17 de noviembre, de no haber sido por su lamentable fallecimiento a temprana edad, estaría cumpliendo 65 años el maravilloso poeta Luis Rogelio Nogueras, llamado Wichy por quienes lo conocieron, quienes afirman junto a aquellos que de él han disfrutado sólo sus textos, que es uno de los autores cubanos del siglo XX más ponderados unánimemente por críticos y lectores. En una isla donde los mitos modernos escasean, Nogueras es quien más se acerca (opinión propia) a esa tan difícilmente definible categoría. Sus amigos y compañeros del cine y las letras, no se cansan de comentar sobre su talento, inteligencia, modo perdurable de hacer. Algunos apoyan los criterios en la inmanencia de su poesía, pero otros —me cuento entre ellos— ponen sus ojos cada vez más en la narrativa de un profesional de la forma, ingenioso en sus argumentos, extraordinariamente ameno y bien dotado de lo que a unos cuantos talentudos se les va de las manos al escribir: la mesura. A Nogueras, a Luis Rogelio, a Wichy, al Rojo, según prefiera, le escaseó el tiempo vital, aunque supo aprovecharlo para legarnos una obra extensa y variada. El narrador Alfonso Hernández Catá fue tío abuelo suyo y en la casa familiar abundaron las preocupaciones intelectuales, en particular la afición por la lectura. Nacido en el barrio de El Vedado, tiene ocho años cuando la familia se muda para el de la Víbora; viaja a Estados Unidos y realiza sus pinitos narrativos. Con los años, incorpora inquietudes: la de la actuación, la de hacer cine, la de dibujar y pintar, la de escribir guiones… Y en 1964 matricula en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana, en tanto trabaja (no por vez primera, ya lo había hecho antes en el ICAIC) en la revista Cuba Internacional, como redactor de mesa y da a conocer sus primeros trabajos periodísticos. En El Caimán Barbudo, tabloide de cuyo proyecto fundador es parte, publica algunos textos poéticos. Cuanto hace en adelante —apenas veinte años de vida— es sorprendente, solo posible en quien disfruta del trabajo y no viene al caso aquí intentar una breve biografía de Wichy, porque es bastante conocida y demasiado agitada su vida para unos breves apuntes. Hoy es autor de culto, entre jóvenes y contemporáneos suyos. Tuvo que haber sido además de un intelectual dotado, un ente carismático. No por azar tantos amigos guardan recuerdos gratos ni ensalzan su personalidad con tal vehemencia. Recordemos solo que en 1967 su poemario “Cabeza de zanahoria” es premiado en el primer Concurso David convocado por la UNEAC. El libro es elogiado dentro y fuera de fronteras, y su autor, con 23 años a la sazón, se convierte en uno de los poetas que, sin saberlo, más influyen entre los jóvenes de su generación. Algunos hitos van marcando su obra: el poemario "Las quince mil vidas del caminante", escrito en 1967 y publicado diez años después; el guión junto a Octavio Cortázar del filme El brigadista, estrenado en 1976. De ese año es también su novela policial “El cuarto círculo”, a dos manos con Guillermo Rodríguez Rivera, y de 1977, “Y si muero mañana”, que le vale el Premio Cirilo Villaverde de la UNEAC. Viaja, dicta conferencias, es jurado de eventos literarios, traduce y a su vez es traducido. Gana el Premio Casa de las Américas con el cuaderno “Imitación de la vida”. Publica en 1983 el libro de poemas “El último caso del Inspector”. Luis Rogelio Nogueras falleció prematuramente, el 6 de julio de 1985. Poeta, novelista, guionista de cine, simbolizó en buena medida el espíritu de búsqueda y realización de los jóvenes intelectuales de su generación, sin que por ello se limite a esta el interés por la lectura de su obra ni la indagación constante en los presupuestos de su lírica, reunida en el volumen “Hay muchos modos de jugar”.


El Último Caso del Inspector


El lugar del crimen

no es aún el lugar del crimen:

es sólo un cuarto en penumbras

donde dos sombras desnudas se besan.


El asesino

no es aún el asesino:

es sólo un hombre cansado

que va llegando a su casa un día antes de lo previsto,

después de un largo viaje.


La víctima

no es aún la víctima:

es sólo una mujer ardiendo

en otros brazos.


El testigo de excepción

no es aún el testigo de excepción:

es sólo un inspector osado

que goza de la mujer del prójimo

sobre el lecho del prójimo.


El arma del crimen

no es aún el arma del crimen:

es sólo una lámpara de bronce apagada,

tranquila, inocente

sobre una mesa de caoba.

Un Maestro del Absurdo

Published by Ariesky Castillo under on 14:38




Estimados amigos, hace sólo unos días se cumplieron 30 años del fallecimiento del poeta, narrador y dramaturgo cubano Virgilio Piñera Llera (Cárdenas, Matanzas, 4 de agosto de 1912- La Habana, 18 de octubre de 1979). Cursó sus primeros estudios en su localidad natal, pero en 1925 se trasladó con su familia a Camagüey, donde estudió el bachillerato. En 1938 se instaló en La Habana, en cuya universidad se doctoró en Filosofía y Letras en 1940. Ya el año anterior había empezado a publicar, sobre todo poemas, en la revista Espuela de plata, predecesora de Orígenes, en la que coincidió con José Lezama Lima. En 1941 vio la luz su primer poemario, Las furias, y ese mismo año escribió también la que es quizá su obra teatral más importante, "Electra Garrigó". En 1942 fundó la efímera revista Poeta, de la que fue director. Al año siguiente publicó el extenso poema "La isla en peso", una de las cumbres de la poesía cubana, que fue, sin embargo, objetado por grandes poetas como Gastón Baquero o Eliseo Diego. Cuando en 1944 Lezama y Rodríguez Feo fundaron la revista Orígenes, Piñera formó parte del plantel inicial de colaboradores, a pesar de que mantenía importantes discrepancias estéticas con el grupo de poetas de la revista. En febrero de 1946 viajó a Buenos Aires, donde residió, con algunas interrupciones, hasta 1958. Allí trabajó como funcionario del consulado de su país, como corrector de pruebas y como traductor. En la capital argentina hizo amistad con el escritor polaco Witold Gombrowicz, y formó parte del equipo de traductores que llevaron a cabo la versión castellana de Ferdydurke. Continuó colaborando con Orígenes con cuentos, ensayos y reseñas críticas. En 1948 se estrenó en La Habana "Electra Garrigó", mal acogida por la crítica. Por entonces escribió otras obras teatrales: "Jesús y Falsa alarma", obra considerada una de las primeras muestras de teatro del absurdo, anterior incluso a La cantante calva de Eugene Ionesco. En 1952 publicó su primera novela, "La carne de René". En 1955, tras el final de Orígenes, marcado por una agria disputa entre Lezama Lima y Rodríguez Feo, fundó con este último la revista Ciclón, de gran importancia en la historia de la literatura cubana. Por entonces colaboró también con la revista argentina Sur y con las francesas Lettres Nouvelles y Les Temps Modernes. En 1958 abandonó Argentina y se instaló definitivamente en Cuba, donde viviría hasta su muerte. Tras el triunfo de la Revolución Cubana, Piñera colaboró en el periódico Revolución y en su suplemento Lunes de Revolución. En 1960 reestrenó "Electra Garrigó" y publicó su Teatro completo. En 1968 recibió el Premio Casa de las Américas de teatro por "Dos viejos pánicos". Recientemente en Mexico ha tenido una exitosa temporada una nueva interpretación de "Electra Garrigo" titulada "El Son de Electra" bajo la dirección del destacado creador Ramón Díaz y las actuaciones de Thais Valdés y Sandra Muñoz y en La Habana ha reaparecido esta obra bajo la dirección de Roberto Blanco y últimamente de Raul Martín con el Grupo: Teatro De La Luna. A partir de 1971 y hasta su muerte, Piñera sufrió un fuerte ostracismo por parte del régimen y de las instituciones culturales oficiales cubanas, en gran parte debido a su condición sexual, ya que nunca escondió su homosexualidad. El famoso escritor cubano Reinaldo Arenas, amigo de Piñera, cuenta ese episodio en sus memorias Antes que anochezca. Como narrador, destaca por su humor negro, dentro de la línea del absurdo. Fue también un destacado traductor, y vertió al español obras de Jean Giono y de Witold Gombrowicz, entre muchos otros.


Cuando Vengan a Buscarme

Cuando vengan a buscarme
para ir al baile de los cojos,
diré que no uso muletas,
que mis piernas están intactas.

Bailaré cha-cha-cha y son
hasta caerme en pedazos,
pero ellos insistirán
en llevarme a ese baile extraño.

Con dos hachazos estaré listo,
con dos muletas iré remando,
y cuando entre por esa puerta
me pondrán una coja en los brazos.

Ella me dirá: ¡Amor mío!,
yo le diré: ¡Mi adorada!,
¿cómo fue lo de tus piernas?
¡cuéntame, que estoy sangrando!

Ella, con gran seriedad,
me contará que fue a palos,

pero haciendo de sus tripas
corazón como un brillante,
lanzará una carcajada
que retumbará en la sala.

Después, daremos las vueltas
de estos casos obligados,
saludaremos a diestra, a siniestra
y a muletazos.

Y cuando nadie lo espere,
a las dos de la mañana,
vendrá el verdugo de los cojos
para que no queden rastros.

Recordando a "La Serrana"

Published by Ariesky Castillo under on 14:07





Estimados amigos y amantes de la poesía y las letras, hoy quiero anunciarles que mañana 21 de octubre se estarán cumpliendo 177 años del nacimiento de la poetisa cubana Úrsula Céspedes de Escanaverino (Bayamo, 1832), una de las figuras cimeras de la literatura cubana del siglo XIX. Fue según el investigador Juan José Ramos y Rubio, rama de una ilustre familia, originaria en los primeros tiempos de la conquista de la isla y entre cuyos admiradores más significativos descuella Carlos Manuel de Céspedes, quien prologara su primer libro “Ecos de la Selva”. Luisa Pérez de Zambrana fue su amiga íntima, así como otros poetas importantes de la época, entre los que se destaca José Fornaris. Comenzó a escribir en el año 1845, publicó sus primeros trabajos en dos periódicos de Santiago de Cuba: El Redactor de Santiago de Cuba y Semanario Cubano. Seguidamente colaboró con La Prensa que se editaba en La Habana, así como en otras publicaciones de la Isla. Sus trabajos los firmaba con dos seudónimos: La Calandria, escogido por Céspedes y La Serrana. Conoció en 1854, en la ciudad de Santa Clara al joven maestro y periodista don Ginés Escanaverino de Linares, quien atraído por la belleza de la muchacha se trasladó a la ciudad de Bayazo donde fundara junto a José María Izaguirre el periódico La Regeneración en el que colaboraba Úrsula. Después de casarse, en 1857 con el entusiasta habanero, se dedicó al magisterio, obteniendo el título de Maestra de Instrucción Primaria al año siguiente de sus bodas con Escanaverino. Inmediatamente fundaron la Academia Santa Úrsula, para señoritas, donde ella puso en práctica sistemas que le inspiró la intuición más que la ciencia pedagógica. Su nieta, la Dra. María Dolores Escanaverino Piñero, afirma en su tesis de grado, lo siguiente: “Úrsula Céspedes basó la disciplina de su plantel sobre los cimientos del cariño y el respeto mutuo entre alumnos y profesores. La primera cualidad que buscaba entre sus auxiliares era la no muy frecuente de hacerse querer de los niños. La maestra adusta y autoritaria, que fue tan característica del siglo pasado, no tuvo cabida en las aulas de Santa Úrsula”. Otra de las ideas de Úrsula que parecía adelantarse a su tiempo, era la que frecuentemente expresaba diciendo: “Lo importante en la educación no es lo que se aprende, sino la preparación espiritual para poder comprender las bellezas del bien, del arte y de la naturaleza”. “Ecos de la Selva” prologado por Carlos Manuel de Céspedes, se imprimió en Santiago de Cuba en 1861, ese mismo año se incluyó una selección de poesías de Úrsula en la "Antología Cuba Poética", ordenada por Joaquín Lorenzo Luaces y José Fornaris. Florece literariamente Úrsula cuando el romanticismo decae en Cuba, y frente a las extravagancias y exageraciones que singularizaron la declinación de la escuela, se operó en el gusto una reacción rectificadora de las cuales fueron guías: Mendive, Luaces y Zenea. Céspedes comenta los méritos de la joven cantora, alaba lo espontáneo de su inspiración, exhorta a que no se le pregunte a la poetisa de dónde ésta le viene, porque daría la misma contestación de un pájaro de la selva al que le preguntaran por qué canta. “Por eso sus versos, a pesar de los defectos de que adolecen, arrebatan y seducen, ella pinta lo que siente, pero lo hace con tanta verdad de colorido que su sentimiento se trasmite como fluido magnético al corazón de los que oyen sus acentos inspiradores”. Muere Úrsula en Santa Isabel de las Lajas, Cienfuegos, el 2 de noviembre 1874, después de un largo trasiego por varias provincias del país. Cuando se inauguró la República, en 1902, los socios del Liceo de Santa Isabel abrieron una suscripción popular que abarcó toda la Isla y con el producto se le erigió un simbólico monumento, que se levanta en este pueblo agradecido, y en el que destacan una piedra, unos significativos versos de la poetisa, en los que pide para su tumba, más bien que mármoles, “tierra empapada en el llanto de mis hijos, un árbol y una flor”.



El Amor de la Serrana


Me dijo cuando lo vi,
que yo era para él un cielo
y que era negro mi pelo
como el cuello del totí,
que no andaba por aquí
otra tan linda serrana;
y añadió, desde mañana
si compadeces mis penas,
serán tuyas mis colmenas
y serás mi soberana.


Yo los ojos levanté,
y cubierta de rubor,
iba a decirle mi amor
y a jurarle eterna fé;
pero al punto recordé
que me dijeron un día,
que si el hombre comprendía
el amor de una mujer,
la dejaba de querer
y a veces la aborrecía.


Y desoyendo sus penas,
aunque quiere Dios que le ame
como la flor del dagame
la abeja de sus colmenas,
por las praderas amenas
cuesta arriba eché a correr
sin disgusto y sin placer,
pues temo en el corazón,
con razón o sin razón,
que me deje de querer.


Desde entonces, cada vez
que viene a verme al bohío,
le trato mal y me río,
aunque sollozo después;
y cuando con altivez
me habla de honor y decoro,
le digo entre risa y lloro,
tomando en la mía su mano:
mira, gallardo serrano,
yo te adoro, y… no te adoro.


Y mientras yo noche y día
lloro a torrentes aquí,
muchísimo mal de mí
dicen en la serranía;
pues sólo al ver la falsía
que mal mi rostro demuestra,
con lengua torpe y siniestra
dicen que soy la serrana
más voluble y casquivana
que hay en la Sierra Maestra.

TORONTO, CIUDAD DE MI ESPERANZA

Published by Ariesky Castillo under on 14:51


TORONTO, CIUDAD DE MI ESPERANZA
A Patricia

Llueve un amanecer como el suspiro de las hojas,
Una hoguera de náufragos.
Sueños que alguna vez mutilé de mi garganta
Hoy regresan con alas y otros nombres.
Nacen de esta ciudad,
Llegan al cielo,
Me hechizan con el Niágara y sus pinos,
Mientras me llueve la magia de esta ciudad siempre mía,
Aguardando mi nave, cual si fuese mi Penélope,
O alguna musa que avizora la esperanza
Con su mirar de fuego inagotable,
Sus manos de luz,
Su risa de luz,
Su cuerpo de luz,
Desnuda los icebergs que albergó mi fe,
Anida en mi pecho como un ave migratoria,
Un ser alado que me hace sentir una montaña.
Al fin puedo decir quien soy
Y tú me alientas,
He tenido un abrazo con mi alma y tú me alientas,
Porque veo las cenizas de mis penas
Y me alientas,
Me elevas,
Me impulsas
A buscar el infinito de mis ancias,
Mientras me inundo de ti,
Porque soy otra ciudad sepultada por el mar
Y hoy andas tú por estas viejas calles que me habitan,
Para que llueva este amanecer sobre mis ojos
Cuando brotas en cada poro de mi cuerpo,
Cuando tus labios se funden en los mios,
Cuando resucitamos de la nada,
Cuando el mundo se aparta de nosotros para mirarnos desde abajo