El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Ensayo del Árbol Demente

Published by Ariesky Castillo under on 15:11

Pensé que mis oraciones y salmos
irían a buscarte,
que hallarías mi voz bajo el trillo de las velas,
el olor a incienso
para no respirar el grito,
la añoranza que arde en esta isla
de profetas desnudos.
Pensé que una noche me soñarías
al besar tu crucifijo
pariendo peces y volcanes,
bajo la sed del viajero
que muerde cada minuto tu nombre
y no encuentra tus orgasmos.
Pensé pedirle alas a los ángeles,
descubrir tu edén sin horizonte,
la atroz metamorfosis,
lo infinito,
la llama de tu sexo y mi ceniza.
Pensé resucitar en tu novela,
derretir cobardes con tu sombra,
burlarme de la luz,
ser un vampiro,
envenenarme en tu alma hasta los huesos,
pisotear el adiós y pecar,
pecar como un demente sin cansancio.
Pero los pájaros te ocultaron mi otoño,
mis galeones de laurel
y mis señales,
los corceles del viento y los cocuyos.
Hoy navegan tantas hojas sobre el agua,
no lo sabe mi flor,
pero va quemando esta piel el rugido, la tortura
de tu nombre.
Menos mal que pensé reencarnaciones,
un futuro en tu carne de mensajes
y un poeta

NO LO CUENTO

Published by Ariesky Castillo under on 17:39



Estoy siguiendo tus labios,
En ellos se refugia mi paz.
Mi anciedad por madurar sobre tu magnetismo
Soñar que eres parte del mío,
Hacerte mía, sin mostrar que te necesito para que vengas a buscarme siempre.
Para que sigas teniendo el temor a perderme.
Estás en cada pulso de mi pecho,
Pero no lo cuento
No quiero que nadie sepa de mis cráteres,
De los clavos que me atan a la cruz,
Por volverme adicto al paraiso que escapa de tus besos,
No me imagino sin ellos, y te lo digo en broma para que no lo creas.
Aunque sea lo que hierve en mis venas desesperadamente.
Te recito palabras que sólo anidan en mi pecho,
Sinembargo te digo que lo escribió Neruda,
O que lo hallé en un libro viejo
Para no liberar esta llama que provoca incinerarte entre mis brazos,
mientras me nutro de ti y voy floreciendo,
Eso también lo oculto,
para que nada venga a oscurecer mis rosas,
para que nadie pueda robar las armas que guardo para amarte.
Miento cuando digo que no recuerdo dónde están tus cartas,
miento cuando oculto el insomnio de las noches con tu ausencia.
Cuando digo que el cielo tiene el mismo azul, y que nuestras canciones se escuchan igual al amparo de tus retratos, y el aguacero no me hace recordarte,
Y el invierno no desnuda mis lágrimas
Y que la nostalgia no me debilita, también estoy mintiendo.
No quiero que muerdas mis talones de Aquiles.
No quiero perder tu sonrisa de abril, ni tu seducción feroz.
Pero eso no es sencillamente decir una mentira,
es guardar el calor que te trajo hasta mi puerta.
Es mantener las alas fuertes.
Estas alas que me ayudan a alcanzar tus labios
Y los segundos que cuento junto a ti.
Aunque lo haga en silencio.

POEMA AL PREDICADOR

Published by Ariesky Castillo under on 16:31




Salvemos al predicador que moribundo
ha arrojado su cuerpo,
su voz, su historia, su mañana
a esta calle de siglos miserables,
a estos muertos sin luz
viudos de fe.
Salvemos al predicador que ya no tiende su mano
hinchada por la ausencia,
los horrores del hombre,
la cobarde mujer que extermina,
ocultando una daga en su eterno camuflaje
y se extiende.
El predicador quiere escapar del hombre
y su maldita raza,
del padre sin hijos que encontró en el espejo,
del monstruo,
de la víctima.
Prefiere ser un borracho
o el perro que ahora lame su rostro,
nada más limpio que su lengua
sin culpas, sin mentiras, sin secretos.
Salvemos al predicador y sus fantasmas,
no tiene quién lo espere,
lo ame,
lo comprenda.
Se estremece en el barro
y enarbola una Biblia.
¿ Dónde estará Dios que no lo ve ?
¿ Dónde estarán los ángeles, si existen ?
¿ Dónde estarán las manos ?
¿! Dónde ¡?
El predicador no pidió un centavo,
sólo extirparnos de una vez esta ceguera,
no más a un paso nos llamaba,
era un socorro de los cielos,
un puente que no vimos,
un salto,
un combate a la tristeza,
a la cruz de soledad con que cargamos,
era un farol, un ala, una escalera,
el futuro, la eternidad, la salvación.
Era un soldado
que tiramos a la boca del infierno.
Salvemos al predicador que aún hay vida,
dejemos de ser esta epidemia,
cadáveres sin sueños que deambulan,
estériles de almas,
mutilados del grito.
Abrámosle la puerta y respondamos,
que al menos Dios
teje brazos a los mudos.




Acomódense en la cueva

Published by Ariesky Castillo under on 18:08

Hay mucho de magia humana en mi existencia, así como también llevo una bestia enérgica y desenfrenada que me impulsa a recorrer las silenciosas almas que el mundo no escucha, sin intención alguna de detenerme. Eso me convierte en un centauro, ese animal mitológico mitad hombre y mitad caballo, que también representa al signo Sagitario. Esta mutación me ayuda a combinar temperamentos de sangre caliente y sólo puedo disipar esta reacción a través de poesías e imágenes que atrapo en mi inagotable recorrido. No existe distancia física que impida el abrazo de las almas. Aquí estoy, tan cerca de ti, que pudiera hasta habitarte. Un impulso me llega desde algún instante futuro, como el sonido indescifrable de una canción que no se ha hecho.