El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Amando a Cuba en la Distancia

Published by Ariesky Castillo under on 14:29


Fuera de Cuba he tenido la oportunidad de conocer la existencia de poetas cubanos que prácticamente no se mencionan en la mayor de las antillas. Sin embargo, dentro del territorio, a pesar de haberme convertido en un desenfrenado lector de poesía a temprana edad, unos cuantos amigos y yo nos habíamos hecho la inocente idea de que conocíamos a todos los poetas cubanos. Hoy, mientras investigo por las bibliotecas y la Internet, voy descubriendo que nos faltaba mucho por descubrir, pues me sucede lo mismo que a Einstein cuando decía que mientras más aprendía del universo, más interrogantes surgían nuevamente. No puedo evitar acordarme de los amigos que aún siguen allá con la inocente idea de una falsa erudicción poética. No puedo evitar entristecerme cuando veo que se le imponen límites al conocimiento y a la cultura a un país que tanta cultura y conocimiento ha aportado al mundo, aunque parezca paradójico. Pensaba en estas cosas mientras leía la obra de José Agustín Quintero (La Habana 1829 – Nueva Orleáns 1885), un poeta que fue discípulo de José de la Luz y Caballero y se había graduado de Licenciado en Derecho cursando estudios en La Habana y en Estados Unidos. Supe que debido a sus ideas anexionistas cayó preso en unión con Cirilo Villaverde y otros conocidos patriotas cubanos. Fue sentenciado a muerte, pero logró escapar a los Estados Unidos donde rápidamente alcanzó una buena posición económica. Estableció una estrecha amistad con el Presidente de los Estados Confederados, Jefferson Davis, quien le confió una misión secreta en México. A su regreso a los Estados Unidos se estableció en Nueva Orleáns. Colaboró con los principales periódicos cubanos y fue redactor por varios años del Picayune, publicación de aquella ciudad. Poco tiempo antes de estallar la Guerra de los Diez Años pudo regresar a Cuba; pero en 1869 se vió complicado nuevamente en el movimiento revolucionario y partió una vez más al exilio y se volvió a establecer en Nueva Orleáns, donde murió el 7 de septiembre de 1885. Su poesía tiene la caractrística romántica de su tiempo, como Palma, Martí y muchos más contemporáneos de su época. La poesía que aparese a continuación es una muestra del dolor que sentía ante la pena de su patria, dolor que aún los poetas de hoy, a pesar del tiempo, no dejamos de padecer aunque las causas sean diferentes.


POESÍA


-¿Qué trabajas, herrero? -¡Una cadena!
-¡Cadena que tal vez lleve un hermano!
-¿Dónde vas, pescador? -La mar serena
mí red de hermosos peces veré llena...
-Ve, tráelos al banquete del tirano.


-¿Qué aras, labrador? -La tierra dura
Donde florecen el café y la caña.
-¡Vana es tu industria, tu afanar locura!
Para ti es la fatiga y la amargura,
¡El oro y las cosechas son de España!


-¿Qué corta, leñador, tu hacha pesada?
-¡Árboles de vigor y pompa llenos!
-¡Detente, que la patria está enlutada;
A cada golpe de tu mano osada
Hay un cadalso más y un árbol menos!


-Di, ¿qué meces, mujer, en esa cuna?
-¡Un niño! En él mis ojos siempre clavo.
-Pese, oh madre infeliz, a tu fortuna
Desvelada te encuentran sol y luna,
Y al fin le das al déspota otro esclavo.

2 comentarios:

Yamil Cuéllar dijo... @ 5 de julio de 2009, 15:37

Qué sabroso resulta leer estos artículos. Comparto contigo la idea de que muchos poetas, incluso líderes, patriotas y figuras de la patria han pasado a un nivel omiso en Cuba. Ahora, en qué misión se habrá metido José Agustín Quintero? Es una pequeña curiosidad que despierta el interés por conocer más acerca de este gran poeta patriótico.Un saludo y gracias por compartir esta información.

Anónimo dijo... @ 5 de julio de 2009, 17:02

Me has echo recordar con estos 'ultimos art'iculos precisamente la nebulosa que rodean ciertos per'iodos literarios o debiera decir la mayoria de ellos. de cada epoca los historiadores tomaran una figura emblematica que le represente olvidando en ocasiones la variedad de voces y de opiniones que coexistieron en el mismo tiempo. Luego los libros se conforman con lo "esencial" y el resto pues se pierde..Sucede eso con la obra de Marti, con todo el respeto, que ha eclipsado a sus contemporaneos, pero tambien hay un poco de desconocimiento un tanto inocente en todo esto. Shakespeare por ejemplo no es el unico que escribio obras con calidad para el teatro isabelino, y asi creo que si seguimos hurgando m'as encontraremos..Gracias

Publicar un comentario