El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

El Templo de mis Verdades

Published by Ariesky Castillo under on 15:11


Cuando la espiga desnuda
su risa bajo la luz,
presiento que brota en tus
alas de ángel la duda
misteriosa. Cuando muda,
se oculta en la mar que llora
una palabra en la aurora,
lloviendo cuando te vas,
está tu nombre en as-
tro que encandila mis horas.

No sé si es que me salpica
el crepúsculo del año.
Te sufro porque es extraño
como en tu anden se complica
todo. Mi rostro publica
la daga de otro perdón.
Puedo morirme y no con-
templar la ninfa que llevas.
Más, vuelves, siento que pruebas
un nardo en mi corazón.

Testigo de tempestades
o céfiro escurridizo,
conoces el pasadizo
y el templo de mis verdades
dolorosas. Las ciudades
donde se alojan mis penas,
son gérmenes que en las venas
de mis demonios estalla.
Guardo en tu piel la batalla
y el susurro de las quenas.

1 comentarios:

Yamil Cuéllar dijo... @ 16 de abril de 2009, 14:56

Amigo!! ¿El libro? Queremos un libro para devorarnos con su décima, con la palabra escrita que usted lanza a dardo de flechas. Como bálsamo.

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