El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Requiescat in Pace

Published by Ariesky Castillo under on 10:23



Despierta más ligero que nunca. Lleva una sensación de alas en los pies. No reconoce el camisón blanco que le cubre el cuerpo. El dolor en el pecho ha desaparecido. Sin embargo no anda bien. ¿Qué hace en el viejo sillón del desván? Siempre sintió pánico por este lugar. ¡Cuánto polvo! Se decía que allí se reunían los espíritus de la casa. Confundido va a abrir la ventana, pero una extraña repugnancia al sol le detiene las manos. – Debo estar loco para estar aquí. Se dirige al cuarto. ¿Quién llora? Entra. La desnudez de una joven mujer le detiene los ojos. Es su esposa. Luce aterrada. Trata de hablarle. En ese momento descubre que hay alguien mas, enredado entre las sábanas. ¿Cómo es posible? Un hombre. ¿Quién es? Está inmóvil. Se acerca. Lo mira. ¿De quien es ese rostro? Parece un cadáver. No puede ser. Se le enfría el alma. ¡Ese anillo! Solo hay uno. Una especie de fobia lo paraliza. Al subir la vista se da cuenta de que el espejo lo ha ignorado todo el tiempo. Lanza mil gritos de espanto, pero nadie lo escucha. Mientras una carcajada a coro se aproxima por la escalera del desván.

1 comentarios:

Unknown dijo... @ 25 de abril de 2009, 10:54

Elptica narracion gotica que sorprende,ese coqueteo entre lo natural y lo sobrenatural nos espeluzna,siempre con ese presentimiento de que vamos a ser sorprendidos con algo o alguien de otra dimension,porque indudablemente nos vamos dando cuenta de que algo no anda bien,sencillamente se observa que hay gran talento y oficio en la pluma del escritor,narracion digna de ser incluidas en una antologia de cuentos goticos

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