El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Recordando a Iñigo

Published by Ariesky Castillo under on 14:00



Estimados lectores, en el día de ayer se cumplieron 195 años del nacimiento del poeta cubano Ignacio María de Acosta y Guerra . Aunque nacido en La Habana el 4 de octubre de 1814, la mayor parte de su vida transcurrió en Matanzas. Se quedó en esta ciudad, ya definitivamente, en 1833. Hay, pues, motivos para considerarlo un escritor matancero nacido en La Habana. Buena parte de su producción lírica vio la luz en la prensa, de ahí que resulte necesaria la revisión de publicaciones como La Guirnalda, El Yumurí, La Aurora de Matanzas, Aurora del Yumurí —de esta fue redactor—, El Duende y Liceo de Matanzas, en todas ellas colaboró, si bien acostumbraba firmar algunas a veces con seudónimo, ya fuera el de Iñigo, o mediante sus iniciales I. M. de A. En 1845 publicó su cuaderno titulado "Delirios del Corazón". "Poesías Amatorias", que vio la luz en Matanzas y 13 años después su "Romance histórico y geográfico de la Isla de Cuba", que fue texto de lectura para las escuelas primarias gratuitas de la región de Matanzas. En su enjundiosa Evolución de la cultura cubana, José M. Carbonell y Rivero apunta: “Su poesía es elegante, correcta, sencilla, clara (…), posee personalidad, inspiración, naturalidad.” Hacia la mitad del siglo XIX fue Ignacio María de Acosta y Guerra un escritor muy conocido entre sus convecinos matanceros y hasta popularidad nos atreveríamos a decir que alcanzó, en particular a través de una de sus composiciones más leídas "El carretero y el eco", en que las últimas sílabas de cada estrofa son reproducidas por el eco. En el año de 1847 se estrenó una obra suya de teatro, en un acto, titulada "Un novel por protección". También colaboró en publicaciones habaneras como El Artista, Flores del Siglo, Revista de La Habana y con Emilio Blanchet —matancero, poeta y otro de los muchos olvidados— editó el Aguinaldo de Luisa Molina en 1856. Un tercer libro de Acosta y Guerra se incluye en su bibliografía, el titulado "Poesías", publicado póstumamente por una imprenta de Nueva York, en 1893, y que preparó su hermano. Ignacio María trabajó como profesor en varios colegios, fue cofundador y director del Colegio Matancero y también inspector de escuela en Matanzas. Años después se le nombró juez examinador para las oposiciones del Colegio Municipal, por lo que su mayor desempeño estuvo relacionado con el magisterio. Murió en Matanzas el 24 de diciembre de 1871 y una muestra de su obra aparece en la recopilación preparada y prologada por José Manuel Carbonell bajo el título "La poesía lírica en Cuba", publicada en varios tomos en 1928.




EL CARRETERO Y EL ECO
(Fragmentos)
En un pantano atascado
a orillas del Yumurí,
hecho estaba un renegado
el carretero Juan Prado,
Bravo como un cayarí.
Cual carretero de ley
juró como un condenado
al gritar desesperado:
¡Perla Fina, tesia buey!
Y de allá del otro lado
una voz le dijo : -(¡Ey !)
Mal rayo del Dios bendito
¿Quién demonios me llamó?
¿Qué quieres? Lo ves maldito,
ya el eje se me torció -(¡Sió!)
A callar a sus gallinas,
si las tiene o las robó.
¡Perla Fina, Tesia Buey!
¡A mí nadien me calló! -(¡Yo!)
Pues salga, salga al camino
si es tan cheche o es tan curro,
salga, salga al endino
y verá como lo aburro. -(¡Burro!)

Burro será usted, Atrevido,
insolente, deslenguado,
¡ven acá que se ha partido
el cuchillo que he comprado! -(¡Prado!)
...............

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