Hilarión y su Lágrima Infinita
Published by Ariesky Castillo under Ensayo on 14:29Ayer leí un poema que había escuchado cuando era niño y no pude detener mi curiosidad hasta investigar quién había escrito tan maravillosos versos. Luego supe que el autor fue el poeta y periodista cubano Hilarión Cabrisas, nacido en La Habana en 1883 y fallecido tempranamente en 1939. Cursó sus primeros estudios en Barcelona y se graduó de bachiller en el Instituto de Matanzas. Durante algún tiempo trabajó con la compañía dramática de Enrique Borrás. De vuelta a Matanzas, participó en las tertulias que con el nombre de Areópago Bohemio se celebraban en los bajos del Palacio Provincial. Se inició en el periodismo en La Nueva Aurora, de Matanzas, y pasó después a La Correspondencia, de Cienfuegos. En 1917 se traslada a La Habana. Trabaja en El Día como jefe de redacción y también colabora en Diario de la Marina, Heraldo de Cuba, El Fígaro. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, del Círculo de Bellas Artes (de cuya Sección de Literatura era presidente al morir), de la Asociación de Escritores Americanos y de la Asociación de la Prensa, de la que fue secretario. En el Concurso Bracale (1918) fue premiado su libreto para ópera "Doreya", el cual, con música de Eduardo Sánchez de Fuentes, fue estrenado en el Teatro Nacional de La Habana el 7 de febrero del mismo año. Su poesía contribuyó en gran forma a la renovación de las letras cubanas, destacándose en el ambiente intelectual como mentor de un lenguaje simple y sin artificios.«Breviario de mi vida inútil» en 1932, «La caja de Pandora», «Sed de infinito» y «La sombra de Eros» en 1939, constituyen parte de su obra poética. Aquí les dejo el poema que me hizo recordar:
La Lágrima Infinita
¡Esa!... La que en el alma llevo oculta;
la que no salta afuera ni se expande
en la pupila; la que a nadie insulta
en un alarde de dolor: la grande,
la infinita, la muda, la sombría,
la terca, la traidora, la doliente
lágrima de dolor, lágrima mía,
que está clavada en mí profundamente!
La que no da una tregua ni un consuelo
de dulce sollozar. La que me hiere,
y me punza, y me obsede, y pone un velo
turbio en mis ojos; la que nunca muere
ni nace a flor de rostro; la que nunca
refrena su latir; la que no intenta
asomarse a la faz y queda trunca,
y hace la pena interminable y lenta...
Cántaros secos, áridos, mis ojos;
páramos sin frescura ni rocío;
febricitantes de escrutar los rojos
límites, del espacio y del vacío...
¡Esa!... La que no llega, ni ha llegado,
ni llegará a los ojos nunca... ¡nunca!...
Mi lágrima tenaz que no ha mojado
el Sahara estéril de mi vida trunca,
¡Ésa... no la verás, porque en la calma
de mis angustias, se ha trocado en perla!
Para verla hace falta tener alma;
y tú, ¡no tienes alma para verla!...
5 comentarios:
desgarrador este poema!!! Cuantas veces no nos hemos sentido asi con una tristeza que no se materializa en nada y aun asi esta tan presente y es tan pesada. Y no hablo solo de una desilusion, de un amor, a veces la tristza es una angustia por el no saber, por el no tener respuestas, a veces es una vaguedad en la vida..no s'e
Umm...fotico de perfil nueva!!! Viva el otonho!!!
Jajajaja. Gracias.
Precioso poema! Son tantas las ideas y emociones que destaca que cierro mis labios para que ninguna palabra pretenda definir la dimencion de lo que este poema inspira. Gracias!
Gracias a ti Yudy. Sé que la poesía en ti ocupa un lugar muy especial, por eso tienes esa sensibilidad para ver todas esas cosas. Un abrazo.
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