El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

Precursor del Soneto en Cuba

Published by Ariesky Castillo under on 11:27


Yo me considero un amante del soneto. Admiro a los poetas que logran transmitir lo que sienten a través de un género tan exigente, con una poderosa cadencia rítmica que logra, mágicamente, con estas estrofas de catorce versos en total, que toda la composición se quede en la memoria de los lectores. Por eso me gustaría hablar hoy de Manuel Justo de Rubalcava (1769-1805). Este poeta cubano se considera uno de los primeros sonetistas de la isla. Nació en Santiago de Cuba. Cursó estudios en la escuela primaria del maestro Escobar y los estudios superiores en el Seminario de San Basilio, también estudió el latín con su hermano el Padre José Ángel de Rubalcava, que era sacerdote. Ingresó en el ejército y participó en la campaña contra los franceses por el control de Santo Domingo. Al regreso a Cuba abandonó la carrera militar y se dedicó más de lleno al arte y la literatura. Talló imágenes religiosas en madera, copió lienzos y compuso versos, mas lo que ganaba no le permitía vivir nada más que sumido en una gran pobreza. Murió aún siendo joven en 1805 y con su muerte prematura se perdió casi toda su producción artística. Colaboró en varias revistas y periódicos, como El Noticioso. Fue autor de la conocida Silva cubana y, en particular, del largo poema La muerte de Judas. Observamos gran variedad de formas métricas y temas, pero sobresale por sus temas morales y bíblicos, como los noventa y un cantos que componen su obra La muerte de Judas. Este poema se reprodujo en varios periódicos, como El Diario de la Habana y El Semanario Cubano y en segmentos en libros antológicos. Algunas de las pocas poesías que han llegado hasta nosotros y que se le atribuyen son cuestionadas como realmente suyas. Su poesía goza de características semejantes a la obra de Zequeira, su amigo. Se le ha atribuido el excelente poema "Silva cubana", asignado sin muchas pruebas a un Dr. Creagh, al parecer residente en Guantánamo, de quien se desconoce otro texto o más datos personales. Este poema (también denominado "Las frutas de Cuba") se corresponde muy bien con el movimiento lírico que Andrés Bello desarrollaba en Suramérica y descubre elementos identitarios ya definidos del criollo.
Rubalcava es un buen sonetista, autor de "A Nise, bordando un ramillete", que resulta por su calidad casi la inauguración de la brillante tradición del soneto en Cuba.



A Nise, Bordando un Ramillete


No es la necesidad tan solamente
Inventora suprema de las cosas,
Cuando de entre tus manos primorosas
Nace una primavera floreciente.


La seda en sus colores diferente
Toma diversas formas caprichosas,
Que aprendiendo en tus dedos a ser rosas
Viven sin marchitarse eternamente.


Me parece que al verte colocada
Cerca del bastidor, dándole vida,
Sale Flora a mirarte avergonzada;


Llega, ve tu labor mejor tejida
Que la suya de abril, queda enojada,
Y sin más esperar, vase corrida.

1 comentarios:

ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA dijo... @ 17 de octubre de 2013, 13:15

SALUDOS CORDIALES. SOY SONETISTA. ESATAMOS DE AZCUERDO. EMPECÉ A ESCRIBIR SOINETOS, AMIS 18 AÑOS, POR RECOMENDACION DEL POETA, PAISANOMIO, DE JAEN. JOSE JURADO MORALES. CON LA BIBLIOTECA DE POESIA HISPANOAMERICANAQ EN LINARES.
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SONETO A CUBA. ES MIO. UN SALUDO.

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