El Centauro Bigotudo

No existe distancia física que impida el abrazo de las almas

El poeta que escribía "Gazapos"

Published by Ariesky Castillo under on 13:09


Recuerdo que mi abuelo coleccionaba la revista Bohemia y lo que más le entretenía eran los crucigramas, con los que yo tambián colaboraba para que mi abuelo no tuviera que esperar la solución en la próxima edición. Lo que no se imaginaba mi abuelo era que mi interés por leer la revista Bohemia se fortalecía con aquel ejercicio donde me llamó particularmente la atención una sección llamada “Gazapos”, escrita por José Zacarías Tallet(Matanzas 1893 - La Habana 1989). Luego supe que en este escritor se hospedaba un gran poeta. Escribió poemas, crónicas y artículos con una gracia y originalidad tal, que dejaron honda huella en la literatura y el periodismo cubanos. Tallet hizo estudios primarios y algunas asignaturas de los secundarios, latín y griego con los Padres Paúles, en su ciudad natal. Entre 1912 y 1915 estuvo en el Heffley Institute of Comerce, de Brooklyn, donde se graduó de contador y perito mercantil. Permaneció en Estados Unidos hasta 1917. En su estancia norteamericana echó las bases de su cultura autodidacta. Llegó a ser un erudito en áreas diversas (Historia y lengua española, sobre todo). De vuelta a su patria realizó en La Habana trabajos disímiles: oficinista, tenedor de libros, secretario, cajero, escribiente... hasta que en 1926 ingresó profesionalmente en el periodismo, labor que no abandonaría nunca. Fue traductor de cables, jefe de departamento y director del magazine del periódico El Mundo (1927-1933); sub director del diario Ahora (1933-1935); editorialista de El noticiero mercantil (1936); redactor de la revista Baraguá (1937); articulista y cronista en El País y El Mundo durante muchos años. Fue miembro del consejo de dirección de la revista Venezuela Libre (1925) y editor de la Revista de Avance (1927-1928). Además, colaboró con infinidad de publicaciones. Publicó sus primeros poemas en 1923, en dos revistas, e inmediatamente tomó reconocimiento. Su nombre comienza a figurar en Antologías desde 1926. En 1928 escribe «La rumba», uno de los primeros textos de la poesía negra, el cual difundiera internacionalmente Berta Singerman. Sin embargo, hasta 1951, en que aparece La semilla estéril, no logra ver su poesía reunida en un libro. Después de muchos años de silencio, en 1965 emerge una nueva generación poética en Cuba que lo reconoce como uno de sus padres inspiradores y el poeta renace. Por su prestigio intelectual, Tallet integró, desde su fundación en 1943, el claustro de profesores de la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling». En 1959 fue nombrado director de la misma. En 1960 dirigió un departamento de política regional en el ministerio de relaciones exteriores. En 1968 se retiró oficialmente del periodismo, pero siguió colaborando con la revista Bohemia en la sección "Gazapos", dando continuidad a una labor que comenzara en El Mundo para contribuir a la limpieza del idioma español. Cada semana, en un breve párrafo, mostraba su erudición, su sentido del humor, su genialidad. Así fue hasta que dijo: «Adiós, hermanos, adiós, ¡hasta que ñanguere!» En 1984, José Zacarías Tallet recibió el Premio Nacional de Literatura. En ese mismo año le fue otorgado el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de La Habana. Por su contribución al periodismo, mereció la medalla Julius Fucik, por la OIP. Cuando lo sorprendió la muerte, a los noventa y seis, Tallet llevaba muchos años tuteándola, burlándola, trascendiéndola.


EL CORAZÓN PROFUNDO


Cualquier niño dormido

habla mejor que un hombre despierto.

Es que nuestra palabra es más pequeña que su sombra

y nuestra rosa más pequeña que su cuerpo.

Es una rosa que no es rosa,

un cuerpo que no es un cuerpo...

Los caminos que duermen en los ojos de un niño

corren más a la espuma de la rosa que el sueño.

Un niño ríe y canta

en la rama del hombre verdadero.

¡En esa rama todo lo que canta

es el niño que en ella está durmiendo!

1 comentarios:

Yamil Cuéllar dijo... @ 3 de agosto de 2009, 14:09

Vas a millón, te agarré de milagro. Excelente! Me gustó mucho esta entrada en particular, quizás porque también fui víctima de esos gazapos y recurría a ellos con gran curiosidad, pero desconocía por supuesto, el personaje, el hombre que hacía de juez con las letras.

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